Del llano a la altura(IV)

15 de noviembre

Salimos de Mendoza rumbo a lo que encontráramos atractivo. Ingresamos en Tunuyán, desde un recreo veíamos el río.

Seguimos hasta San Rafael. Hermosa ciudad, en la plaza San Martín encontramos una instalación que la Escuela de Arte estaba armando. Las actividades eran variadas e interesantes. Muchas fotos.
Fuimos al museo de la estación, un lugar bien cuidado. Al salir pasamos por el embalse El Nihuil, un lago artificial formado sobre el río Atuel. Ya al atardecer llegamos a Malargüe, aquí nos instalamos en el Hotel Rio Grande. Un hotel algo caro. Tiene un muy buen ingreso, y excelente atención. Un desayuno básico. http://riograndemalargue.com.ar/

16 de noviembre.

El 16 de noviembre en Malargüe se festeja el aniversario de la ciudad. La plaza San Martín estaba de fiesta, había mucha gente preparando lugares donde se realizarían espectáculos.
Por la tarde salimos camino hacia La Leñas, fuimos encontrando lugares muy atractivos que disfrutamos.
La laguna de la Princesa encantada, o de la Niña encantada. Rodeada de restos de lava volcánica allí el agua va cambiando de azules a verde esmeralda reflejando montañas y cielo. Magnífica.
http://www.mendozatravel.com/malargue/lagunaninaencantada.asp Es importante recordar que aquí se practica buceo.
Luego pasamos por El Pozo de la Ánimas de gran profundidad, está rodeado por un alambrado para evitar el peligro de derrumbe. Es muy fotográfico.
De allí al Valle de Las Leñas. Un lugar pensado para el esquiador. Moderno, con mucha edificación.
Un té observando el paisaje y regreso a la ciudad.
Los festejos estaban en toda la ciudad. Llegamos a EL Bodegón de María, un lugar donde unas buenas truchas fueron nuestra cena.

Hebe Uhart: “Florinda” (Cuento Breve):

 

¿Que cuánto hace que estoy en Buenos Aires? Seis, un suponer siete años. No llevo la cuenta, si todo lo de allá lo dejo por perimido. Y lo de acá, cada año una novedá, compramos la heladera, oso de peluche, puse el piso de cemento, ando pagando la televisión, si allá no había televisión. Él tenía la conexión, pero decía que era mucho gasto. Todo era mucho gasto para él y eso que tenía vehículo. Cuando yo me compraba un vestido -que le sacaba a él del bolsillo- él me miraba como si me fuera a ojear y me decía:

-Te compraste un vestido nuevo.

Y yo le inventaba, que me lo dio la Dora, que mi hermana, que tal y cual. Y había sido que se quedaba conforme con eso, nomás. Que cuando me casé yo llevaba taco alto y me dijo:

-Sáquese esos zapatos de compadrear que acá no valen.

Y me dio unos botines patrios para andar en el campo, y yo hacía también el pan de los peones y así me quedaron las manos como dos milanesas. Aunque en la ciudad se fueron achicando y volvieron bastante a su tamaño justo; ahora les meto crema, me parece que no hace nada pero tiene tan lindo olor. Los pies también se me fueron componiendo, que cuando llegué tenía que usar zapatillas cortadas por adelante. Él se quiso separar, y lo que es el destino, salió para bien porque a mí no se me habría ocurrido. ¡Quién me decía que yo iba a estar en Buenos Aires y que la hija menor me iba a salir tan porteña que es un gusto! Eso sí, él me dio un dinero y yo le dije:

-Como padre de tus hijos siempre te espera un lugar en la casa que yo compre.

Y compré raspando, raspando esta casita chota que era de un viejo así nomás. Pero con el mayor la pintamos y le pusimos muchos adelantos, camitas marineras, cada oveja en su cama, cocina de gas que enciende el fuego en un suspiro, que allá me venía negra del humo porque dale apantallar el fuego, cuantimás en verano, que me venían los mareos. Cuando él vino a la casa la primera vez, entró a gritar: vio a Palomo comer de la taza que yo había traído del campo, porque Elisa me dijo:

-Mamá, esas tazas son de mierda.

Y ahora se las dejamos al perro, que ahora come de la macrobiótica, porque Elisa hace la dieta y también karate. Cuando vio al perro, dijo gritando:

-¡Perro cagonero, perro garronero que ataca al amo y no defiende! ¡Come y caga, nomás!

Y Elisa le dijo:

-Papá, por favor, no vengas acá a gritar.

Y yo volví al Chaco porque vendía un montón de frazadas a los colonos, yo compraba acá en el Once. Los colonos me decían:

-¡Doña Florinda, se sacó diez años de encima!

Y está visto, con la minifalda y el pelo con los canutos, era otra. Qué me van a comparar con esa pollera larga que usaba allá, qué me habría dejado usar minifalda, si él mezquinaba todo.

Y los abogados para hacer las partes me sacaron mucho, pero todo fue para el bien: era el destino. Yo entré a trabajar a tres casas, una de más enseñanza que la otra. Me daban ropa nueva y vieja, la vieja se la vendía a los colonos. También la señora Mirta me dio una alfombrita color canela y las cortinas porque decía que ella quería simplificar la vida, que vendría a ser digamos echar lastre y yo ligué por demás de esa casa. Ella miraba para afuera por el vidrio pelado y me decía:

-Ahora veo con toda claridá.

Y yo le decía:

-La verdá. ¡Qué bien se ve!

Y a embolsar.

La segunda vez que vino él -como padre de los hijos- empezó a gritar porque Jorge tomaba el colectivo por quince cuadras; él se viene caminando desde la estación, ahí se pone zapatillas hasta la casa, así no gasta zapatos, Elisita le dijo:

-Papá, si vas a gritar así mejor que no vengas.

Y yo no sé de dónde saca ella las palabras justas que siempre tiene para todo. Ella en unos años quiere ser empleada, llevar papeles de un lado para otro, que los papeles son cosas limpias, que yo allá no me podía sacar el olor al horno de pan, que es olor a leña, olor a rancho. Ella a mí me dice “Flor” porque Florinda es muy largo y el loro también me dice “Flor”. El loro también suele decir “Me duele la cabeza”, y es de ver, todo lo que dice, pega con la oportunidá. Y él fue espaciando de venir, a veces avisa que viene y después quién sabe, pero da igual que venga o se quede, ya está perimido. Y Elisita se está preparando para ser empleada, que hace el curso en la propia gobernación. Los otros días vino un auto de la gobernación con chofer a buscarla, de tanto que le quieren. Y a mí la última vez que fui a vender frazadas, me dijeron en una casa:

-Doña Florinda, ¿no vuelve por acá?

Y les dije:

-Ni lejos, ni nunca.

La enseñanza del arte y la educación de la crítica

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Chos Malal

http://www.neuquentur.gob.ar/es/prensa-turistica/8363/48-horas-en-chos-malal

Del llano a la altura (VI)

19 de noviembre.

Viajamos hacia El Tromen, ubicado en el norte de la provincia, desde Chol Malal a 45 km por la ruta Nacional 40 y luego ingresando por ripio. Se llega a una laguna, que estaba prácticamente seca, se veía claramente el cerro Wayle con su cima cubierta de nieve. Esta laguna es habitada por variedad de aves. Siguiendo el camino nos enfrentamos al Tromen, con su laguna en la base.

 

 

Fotografiamos a una variedad de aves, como flamencos, patos.

 

De regreso, luego de un descanso, fuimos a la Casa de la Cultura, donde Ramón, el sub secretario de cultura nos había invitado a recorrer una antigua casa. Recorrimos los jardines, conocimos algo de la historia de Chos Malal.

Cena y preparándonos para el ingreso a Chile.

 

20 de noviembre

Partimos rumbo a Temuco.

Desde Chos Malal hasta Pino Hachado. Un paisaje maravilloso, pehuenes milenarios antes de llegar a Pino Hachado trámites en la aduana y comenzamos a recorrer Chile. Paso por el túnel Las Raíces Un camino pintoresco, pueblos llamativos con construcciones de madera, es la zona de Araucanía: Lonquimay, Curacautin y Lautaro.

Llegamos a Temuco, conseguir hotel fue difícil. Aitue, habitación 308, hotel muy céntrico, caro por lo que ofrece.

 

 

 

 

Del llano a la altura (V)

17 de noviembre

 

Preparándonos para salir hacia Chos Malal.

Dejamos Malargüe, disfrutamos un día espectacular, paisajes y lugares muy especiales.

Atravesamos el Río Grande, con paredes profundas de un negro brillante

 Río Grande

 

Llegamos a Chos Malal por la ruta 40, fue muy complicado, los últimos 150 km en Mendoza están destrozados, no sólo el mal ripio, sino el asfalto roto, con pozos. Una calamidad.

Ingresando a la provincia de Neuquén el camino se hace transitable. El paisaje cambia, los tonos, los colores de las montañas van variando. La nieve en las cumbres.

El ingreso a Chos Malal fue un poco decepcionante pero al caminarlo, la amabilidad de la gente, los lugares cuidados, hicieron que fuera transformando un sitio para quedarse. La ciudad está ubicada a la par de la Ruta Nacional 40 a orillas del río Curi Leuvú. Fue la primera ciudad capital de Neuquén. Sobre el cerrito de Chos Malal se erige el Torreón, postal típica de la ciudad.

Encontramos una posada muy cálida y recomendable La Farfalla (Habitación 6) http://www.farfalla.com.ar/

Buena atención, bien ubicada, buen desayuno, buen precio.

 

18 de noviembre

 

Luego de un buen desayuno partimos hacia los poblados que están «entre el viento y la montaña» tomamos la ruta 43, es necesario que los caminos mejoren, están muy deteriorados. Si bien se están asfaltando algunos tramos, este trabajo ha empeorado el tránsito normal.

El primer pueblo fue Huinganco, es considerada «el jardín de la provincia». Hay mucho verde, se observa un lugar «simpático», con productos artesanales, lugares donde se realizan dulces, trabajos en madera. Aquí hay un restaurant donde sirven truchas. Nosotros recién comenzábamos el recorrido así que era muy temprano para almorzar. El camino de entrada es de montaña, muy pintoresco.

De allí partimos hacia Andacolla, más importante en cuanto a tamaño urbanístico, pero esto no le da mucha fuerza.

 

 

Un mirador, una iglesia, plaza, son algunos lugares para recorrer. Partimos hacia Las Ovejas, en la dirección de turismo nos orientaron para que llegáramos por camino de ripio (no hay otros por la zona) hasta Manzano Amargo, ubicado en un valle sobre el Río Neuquén. Aquí se encuentra la cascada La Fragua, llamada así por la similitud con la fragua manual. El sonido del agua es importante, hay un buen efecto de vapor, se llega por un sendero de unos 300 metros, con sombra y sol, sin grandes dificultades.

Hay que llevar algo para comer, no hay lugares, por lo menos en estas épocas, que sirvan algún tipo de almuerzo.

En todos estos pueblos el turismo está «en pañales», hay información turística, pero falta infraestructura para quien está recorriéndolos.

Se disfruta de un paisaje magnifico, variable, dinámico, con verdes, montañas diversas en formas y colores.

Gran cantidad de corrales de chivos, cabras. Arrieros que conservan la histórica tradición de la trashumancia, el traslado de los animales de la invernada a la veranada, el «arreo del ganado» que es llevada a cabo por los productores recorriendo grandes distancias. En noviembre están llevando el ganado hacia la montaña buscando mejores pasturas. Quedan sus casas cerradas, trasladándose toda la familia hacia la montaña. Esto le da al paisaje una particular singularidad.

En temporada se puede llegar hasta Domuyo, en noviembre aún están imposibilitados los caminos.

 

Del llano a la altura (IV)

Del llano a la altura (IV).

Del llano a la altura (IV)

15 de noviembre

 

Salimos de Mendoza rumbo a lo que encontráramos atractivo. Ingresamos en Tunuyán, desde un recreo veíamos el río.

Seguimos hasta San Rafael. Hermosa ciudad, en la plaza San Martín encontramos una instalación que la Escuela de Arte estaba armando. Las actividades eran variadas e interesantes. Muchas fotos. embalse El Nihuil

Fuimos al museo de la estación, un lugar bien cuidado. Al salir pasamos por el embalse El Nihuil, un lago artificial formado sobre el río Atuel. Ya al atardecer llegamos a Malargüe, aquí nos instalamos en el Hotel Rio Grande. Un hotel algo caro. Tiene un muy buen ingreso, y excelente atención. Un desayuno básico.  http://riograndemalargue.com.ar/

 museo de la estación

16 de noviembre.

 

 

 La plaza San Martín 

 El 16 de noviembre se festeja el aniversario de la ciudad. La plaza San Martín estaba de fiesta, había mucha gente preparando lugares donde se realizarían espectáculos.

Por la tarde salimos camino hacia La Leñas, fuimos encontrando lugares muy atractivos que disfrutamos.

Camino hacia La Leñas

 

La laguna de la Princesa encantada, o de la Niña encantada. Rodeada de restos de lava volcánica allí el agua va cambiando de azules a verde esmeralda reflejando montañas y cielo. Magnífica.

http://www.mendozatravel.com/malargue/lagunaninaencantada.asp Es importante recordar que aquí se practica buceo.

Luego pasamos por El Pozo de la Ánimas de gran profundidad, está rodeado por un alambrado para evitar el peligro de derrumbe. Es muy fotográfico.

 

De allí al Valle de Las Leñas. Un lugar pensado para el esquiador. Moderno, con mucha edificación.

Un té observando el paisaje y regreso a la ciudad.

Los festejos estaban en toda la ciudad. Llegamos a EL Bodegón de María, un lugar donde unas buenas truchas fueron  nuestra cena.

 Los castillos

Del llano a la altura (Parte III)

Del llano a la altura (Parte III).